Cuando una mujer sabe lo que quiere, el universo entero se abre para darle paso.

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¡Voces de Afganistán!

Por Erika Rojas

Cuando ante una situación de injusticia permances callado, entonces estás eligiendo el lado de opresor” DESMOND TUTU, Pacifista sudafricano

Hace algunas semanas, el mundo enteró recibió con profundo pesar la noticia de que el Talibán había asumido el poder de Afganistán después de 20 años. ¿Qué ha significado este hecho para las mujeres y niñas afganas? La última vez que los Talibanes controlaron el país, de 1996 al 2001, los militares forzaron una versión extrema de la ley de Sharia, donde las niñas y mujeres fueron negadas de educación y trabajo, además,  se les prohibía salir a la calle sin la compañía de un varón, se ejecutaron lapidaciones de mujeres acusadas de adulterio, crueles castigos corporales y se aplicó  la práctica de los matrimonios de niñas, entre otras atrocidades.

No soy experta en religion o política, ni conozco mucho acerca de la historia de Afghanistan, ni menos de su idioma o cultura, pero cuando veo ante mí injusticias y atrocidades como las que se están presentando hoy en el hermano país, simplemente no podia quedarme callada, ni cruzada de brazos.

En este humilde espacio tenemos la intensión de informar y crear conciencia de lo que está ocurriendo, para que nuestros hijos e hijas puedan entender que viven en una sociedad que aún con todos sus defectos es PRIVILEGIDA, no para que se sientan mal, sino para que aprendan a ser agradecidos y que entiendan que desde ese lugar de privilegio,  ellos pueden ofrecer su ayuda a quienes lo necesitan.

Además, debemos iniciar conversaciones en nuestro hogar, en nuestra comunidad y centros de trabajo sobre lo que está ocurriendo. El conocimiento ya nos da luz de esperanza para la solución, pues nunca podremos encontrar una solución para algo que no sabemos que existe.

“EL REGIMEN TALIBAN NO VALORA A LA MUJER”

Momena Zahed es una joven afgana que vive en Pakistán y nos relató lo siguiente:

La primera vez que el Talibán ocupó Afganistán yo era una niña. Ellos entraron a mi casa en la noche y se llevaron a mi padre. En esa época el Talibán aprisionaba, torturaba y mataba personas sin razón.  A raíz de estos hechos, mi hermano tuvo un ataque al corazón y falleció. Mi padre fue prisionero del Talibán por tres meses, hasta que logró escapar. Después de su huida nos movimos a Paquistán. Aquí crecí y fui a la escuela. Por tener una identificación Afgana, no pude estudiar en una universidad de Paquistán. Entonces retorné a Afganistán a completar mi educación, allí logré estudiar economía en una universidad privada.

Tenía grandes sueños y aspiraciones de seguir educándome, obtener mi master y trabajar, pero con la llegada de Talibán mis sueños se han desmoronado. La inseguridad y el terror están por todos lados. Se han anulado las libertades y no es seguro salir a las calles. Una semana después de la llegada del Talibán, tuve que regresar a Paquistán. He visto y experimentado en carne propia todo el sufrimiento que las mujeres están pasando. No hay futuro para las que se han quedado. El régimen Talibán no valora a la mujer.

En la frontera Spinboldak hay mucha gente que desea escapar con sus familias. Me tomó dos días cruzar. Ha sido muy duro ver a mis propios compatriotas tener que dejar nuestro país. En Pakistán hay muchos inmigrantes afganos, la mayoría están sin hogar ni un techo donde vivir. La comida y agua es donada por la gente de la comunidad. Muchos viven en condiciones muy difíciles donde sus necesidades primarias no son cubiertas.

La situación aquí en Pakistán tampoco es favorable, los afganos somos amenazados constantemente por Al-Qaeda. Hemos sido atacados por nuestras creencias religiosas y porque somos una minoría étnica.

Momena finaliza: El Talibán me quitó el derecho a continuar mi educación y mi futuro se ha visto truncado. Estoy encerrada en casa, no puedo trabajar aquí, ni terminar mis estudios. Este dolor que siento ahora no lo deseo para las futuras generaciones, es por eso que como mujer afgana, pido a las Naciones Unidas no reconocer al Talibán, y llamo a todas las feministas a sacar la cara por las mujeres afganas y sus derechos. Estamos ante una catástrofe humanitaria que no debería estar ocurriendo en este siglo.

“La Religión es un sentimiento que se lleva en el corazón y nunca se debe imponer a otros”

Afirma Rashid Bik, él es un joven afgano de 23 años, periodista y estudiante de finas artes, quien actualmente vive en Kabul. El nos cuenta que desde que el Talibán está en el territorio la rutina ha cambiado, los trabajadores del gobierno no están yendo a trabajar, las calles y las tiendas se encuentran vacías y algunas están cerradas al igual que los bancos. La gente está guardando su dinero. Se pueden ver en la calle marchas de mujeres reclamando por sus derechos, y nadie las escucha, hay un sentimiento de desesperación y ansiedad. Nadia sabe lo que se espera mañana y cual será nuestra suerte.

Los que han podido, han dejado el país, mientras los que nos hemos quedado vemos algunos celebrando el regreso del Emirato Islámico, (Taliban,) proclamando en contra de la minoría y acusándolos de ateísta e infieles. Las personas que nos hemos quedado estamos en constante peligro, sufriendo mental y psicológicamente. Algunos de mis compatriotas están estancados en las fronteras sin saber como salir, y otros en algunas pequeñas partes del país, como Panjshir, siguen luchando en contra del nuevo régimen.

Mi familia se ha refugiado en una parte remota al norte, donde no hay comunicación. Tengo tres hermanas, una de ellas falleció del Covid-19, y dos de ellas trabajaban para el gobierno y se han quedado sin empleo. Ellas se han refugiado en Irán, aunque es una solución a corto plazo, al menos están a salvo.

Rashid nos dice: La nación de Afganistán necesita paz y prosperidad, ayuda humanitaria y atención de la comunidad internacional, porque muchos derechos están siendo violados, especialmente para las mujeres y la gente joven, quienes no estamos afiliados a ninguna religión o grupo étnico. Reclamamos libertad y democracia, tenemos extraordinarios talentos que se están perdiendo: científicos, artistas, escritores, a quienes el gobierno Talibán no les da valor.

Y su mensaje final: En esta era de la ciencia y tecnología, debemos prestar atención a la madre tierra. Muchas personas siguen matando a otras por sus creencias religiosas, con pensamientos ignorantes que pertenecen a una humanidad arcaica. Yo pienso que la religión es un sentimiento que se lleva en el corazón y nunca se debe imponer a otros.

En Mujeres a Prueba de Fuego deseamos expresar nuestra solidaridad hacia todo el pueblo de Afganistán, este no es el mundo que deseamos heredar a nuestros hijos y descendientes. Negar la realidad no es una opción, quedarnos calladas tampoco. Tal vez pensamos que la crisis está ocurriendo muy lejos y que no nos va afectar. Hoy quiero decirte que lo que afecta a unos afecta a todos.

Me uno en oraciones a ellos y guardo la esperanza que si llegaste al final de este artículo, tú también serás parte de la solución. Difunde y analiza los hechos. Creemos conciencia, empecemos conversaciones con amigos y familiares para que se sepa lo que ocurre en otras partes del mundo. La igualdad, el respeto a la las libertades de pensamiento, religión y el acceso a educación, no deberían ser un privilegio sino un derecho inherente a cada ser humano.

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